El mundo se ha convertido en un Titanic a la espera, resignado, que un buque de grandes dimensiones como el Carpathia oiga su llamada de S.O.S. y llegue a su rescate. No ha sido suficiente que el mejor marino tripule la mejor nave del mundo para evitar la tragedia.
Mientras tanto los botes salvavidas no son exclusivos de primera clase, ricos y pobres podemos hacer uso de ellos. Entretanto buscamos cualquier cosa que nos mantenga a flote, preocupados de que el otro sepa que aún respiramos, con el deseo de oír cada mañana el silbido de nuestros compañeros de viaje, esos con los que ayer nos echamos unas risas, unas lágrimas, unas ilusiones, un nuevo deseo o la superación de un fin.
Nuestro Carpathia llegará no se si antes de que hayamos aprendido que solo existe una única verdad, se llama hoy. Que los sueños se intentan alcanzar en el momento en que aparecen, que el ayer se fue y mañana queda lejos, que es mejor contar con una mano amiga que con la ilusión que Disney creó para una generación ya pasada. Que no es egoísmo cuidarte, mimarte, amarte o situarte a la cabeza de esta carrera que se llama vida.
Si, Arthur Rostron llegará con su colosal buque, habrá que hacer recuento, aún no sabemos en cuál estadística entrarán los rotos espirituales, aquellos que han salvado el cuerpo no quedando muy claro si su centro de control se ha visto afectado por el tiempo sumergido en aguas tan bravas.
H.R.M.
Mientras tanto los botes salvavidas no son exclusivos de primera clase, ricos y pobres podemos hacer uso de ellos. Entretanto buscamos cualquier cosa que nos mantenga a flote, preocupados de que el otro sepa que aún respiramos, con el deseo de oír cada mañana el silbido de nuestros compañeros de viaje, esos con los que ayer nos echamos unas risas, unas lágrimas, unas ilusiones, un nuevo deseo o la superación de un fin.
Nuestro Carpathia llegará no se si antes de que hayamos aprendido que solo existe una única verdad, se llama hoy. Que los sueños se intentan alcanzar en el momento en que aparecen, que el ayer se fue y mañana queda lejos, que es mejor contar con una mano amiga que con la ilusión que Disney creó para una generación ya pasada. Que no es egoísmo cuidarte, mimarte, amarte o situarte a la cabeza de esta carrera que se llama vida.
Si, Arthur Rostron llegará con su colosal buque, habrá que hacer recuento, aún no sabemos en cuál estadística entrarán los rotos espirituales, aquellos que han salvado el cuerpo no quedando muy claro si su centro de control se ha visto afectado por el tiempo sumergido en aguas tan bravas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario