martes, 28 de abril de 2020


Mientras que los ciudadanos de a pie no conseguimos conciliar el sueño, mantenemos como máxima preocupación la situación en la que estamos inmersos, nos forzamos por darnos ánimos los unos a los otros llorando muchas veces a escondidas para no crearle dolor al amor con quien no podemos estar, despertamos y antes de poner la cafetera nos conectamos a radio o televisión para saber la última sobre la tragedia, felices, en parte, por las cifras, angustiados ante un futuro incierto en el que preferimos no hacer planes, deseosos que nos permitan vernos con quien más extrañamos, en definitiva un torrente de sensaciones difíciles de digerir sin ayuda de alguna infusión.
Ustedes, mientras tanto, nos transmiten inseguridades, enfrentamientos, odios, luchas de poder, quizás incluso una alegría enmascarada por lo que pudiera ser un triunfo en las urnas, un sin fin de mandatarios con una corte de lacayos todos pagados a precio de oro que ponen de manifiesto que solo les interesa el dorado metal.
Ministros que se contradicen en sus declaraciones, un vicepresidente que da una rueda de prensa a los niños, una oposición crítica y poco resolutiva.
No es de extrañar que el desánimo se haya instalado cómodamente en el sillón de nuestros salones, el hambre en las despensas de nuestras cocinas, el miedo en la orfandad por  sentimos solos frente a seres de ciencia ficción.
H.R.M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Una de la atracciones más intensas que se puede sentir por una persona es provocada por   la admiración, esa que origina un derrame volcán...